domingo, 20 de abril de 2014

Eutanasia

Hace unos meses, ví una película que me hizo pensar, se trata de la película Million Dollar Baby de Clint Eastwood en la cual Maggie, una joven boxeadora queda tetrapléjica tras uno de sus combates. Esta le pide a su entrenador, Frankie que la mate ya que ha cumplido su sueño de ser una boxeadora famosa y conocer el mundo. Al principio, este se niega rotundamente pero tras varios intentos de suicidio de Maggie decide inyectarle una sustancia letal para acabar con su sufrimiento. La eutanasia es un tema respecto al cual no solemos tener una opinión ya que es un tema poco habitual y considerablemente delicado desde el punto de vista ético. Aún así, podemos formularnos una serie de preguntas para saber nuestra opinión respecto al tema: ¿es justo obligar a una persona a vivir de un modo doloroso? ¿Es mejor ahorrarle todo este sufrimiento facilitándole el suicidio asistido?, así como tenemos derecho a vivir con dignidad ¿tenemos derecho a morir dignamente?.
La Real Academia de la Lengua define eutanasia como la acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él. Con respecto a la eutanasia existen dos posturas opuestas: los provida y los proeutanasia. Los proeutanasia defienden el derecho a morir con dignidad. El decidir cuándo y cómo deseamos morir nos otorga una potestad total sobre nuestra vida. Las personas que se encuentran en situaciones límite como pueden ser una enfermedad terminal, la dependencia parcial o total de otras personas o el bloqueo -por el sufrimiento- de la actividad humana y deciden que quieren acabar con su vida, están en su completo derecho.
Los próvida defienden lo contrario, que la eutanasia es antinatural. Muchos están influidos por las Iglesias Católica y Evangélica, cuyos valores son completamente contrarios a temas como la eutanasia o el aborto. Abogan que las personas que deciden acabar con sus vidas no están en plenas facultades mentales ya que suelen estar deprimidos y mental o emocionalmente trastornados y afirman que hay otras formas de paliar el dolor que no sea acabando con la vida. Entienden que la legalización de la eutanasia además de empeorar las relaciones entre el paciente y sus familiares y allegados, puede ser contagioso y que personas minusválidas, ancianos, enfermos decidan quitarse la vida.
Desde mi punto de vista, quien decide poner fin a su vida es porque no ve otra solución mejor. Una vida llena de sufrimiento y dolor no es vida. Me resulta inmoral el obligar a una persona a seguir viviendo de forma tan cruel y más aún si es en contra de su voluntad.
Además, este tema está fuertemente ligado al aborto, ambos son bastante sensibles y personales ya que cada individuo tiene una opinión diferente en función de su ideología, su religión, su cultura, su educación o simplemente su moral. Pero, a pesar de todo esto, me parece que como seres humanos deberíamos ser libres para poder elegir abortar o practicar la eutanasia ya que la legalidad de estas dos prácticas médicas no obliga a nadie a realizarlo mientras que su ilegalidad priva a quien desee hacerlo.

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