Hace unos meses, ví una película que me hizo pensar, se trata de la
película Million Dollar Baby de Clint Eastwood en la cual
Maggie, una joven boxeadora queda
tetrapléjica tras uno de sus combates. Esta le pide a su entrenador, Frankie
que la mate ya que ha cumplido su sueño de ser una boxeadora famosa y conocer
el mundo. Al principio, este se niega rotundamente pero tras varios intentos de
suicidio de Maggie decide inyectarle una sustancia letal para acabar con su
sufrimiento. La eutanasia es un tema respecto al cual no solemos tener una
opinión ya que es un tema poco habitual y considerablemente delicado desde el
punto de vista ético. Aún así, podemos formularnos una serie de preguntas para
saber nuestra opinión respecto al tema: ¿es justo obligar a una persona a vivir
de un modo doloroso? ¿Es mejor ahorrarle todo este sufrimiento facilitándole el
suicidio asistido?, así como tenemos derecho a vivir con dignidad ¿tenemos
derecho a morir dignamente?.
La Real Academia de la Lengua define eutanasia como la acción u
omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su
muerte con su consentimiento o sin él. Con respecto a la eutanasia existen
dos posturas opuestas: los provida y los proeutanasia. Los proeutanasia
defienden el derecho a morir con dignidad. El decidir cuándo y cómo deseamos
morir nos otorga una potestad total sobre nuestra vida. Las personas que se
encuentran en situaciones límite como pueden ser una enfermedad terminal, la
dependencia parcial o total de otras personas o el bloqueo -por el sufrimiento-
de la actividad humana y deciden que quieren acabar con su vida, están en su
completo derecho.
Los próvida defienden lo
contrario, que la eutanasia es antinatural. Muchos están influidos por las
Iglesias Católica y Evangélica, cuyos valores son completamente contrarios a
temas como la eutanasia o el aborto. Abogan que las personas que deciden acabar
con sus vidas no están en plenas facultades mentales ya que suelen estar
deprimidos y mental o emocionalmente trastornados y afirman que hay otras
formas de paliar el dolor que no sea acabando con la vida. Entienden que la legalización
de la eutanasia además de empeorar las relaciones entre el paciente y sus
familiares y allegados, puede ser contagioso y que personas minusválidas,
ancianos, enfermos decidan quitarse la vida.
Desde mi
punto de vista, quien decide poner fin a su vida es porque no ve otra solución
mejor. Una vida llena de sufrimiento y dolor no es vida. Me resulta inmoral el
obligar a una persona a seguir viviendo de forma tan cruel y más aún si es en
contra de su voluntad.
Además, este
tema está fuertemente ligado al aborto, ambos son bastante sensibles y
personales ya que cada individuo tiene una opinión diferente en función de su
ideología, su religión, su cultura, su educación o simplemente su moral. Pero,
a pesar de todo esto, me parece que como seres humanos deberíamos ser libres
para poder elegir abortar o practicar la eutanasia ya que la legalidad de estas
dos prácticas médicas no obliga a nadie a realizarlo mientras que su ilegalidad
priva a quien desee hacerlo.
Bien Águeda, buen post (y buena película).
ResponderEliminarSaludos